Fotosíntesis
La tenemos adentro... pero al menos ahora parece que con preservativo...
(V)isitantes hoy y en total. Vienen en paz?
miércoles, 5 de mayo de 2010
1:29 | Autor:
Sigmund |
Como cualquier otra especie sobre la tierra, los humanos, salvo Ricardo Fort y algunos sindicalistas, siempre hemos tenido que esforzarnos para sobrevivir. Algunos dicen que fue el hecho de caminar erguidos lo que nos permitió liberar las manos para manipular herramientas y armas (además de hacernos la paja). Luego, la necesidad de perfeccionar nuestras habilidades para prever la trayectoria de los proyectiles habría sido la causa del desarrollo del hemisferio izquierdo de nuestro cerebro, al cual le debemos nuestro tan valorado progreso tecnológico: viaje a la luna, aire acondicionado, Internet, Ludomatic, películas porno, etc. Con el tiempo, los humanos fuimos creciendo en número, y aquellos que vivimos en sociedades más o menos "desarrolladas", fuimos extendiendo nuestra esperanza de vida, al encontrar mejores formas de alimentarnos y de protegernos de las enfermedades y de las inclemencias del clima, salvo en alguna que otra capital de Sudamérica, particularmente afectada por inundaciones y granizo.
Es así q
ue los humanos del siglo XXI (por nombrarnos de alguna forma), nos sentimos lejos de aquellos primeros congéneres que vivían en cavernas y pintaban figuras de animales en las paredes (además de hacerse la paja). El hambre, el frío, y las enfermedades son calamidades del pasado que tarde o temprano venceremos a medida que la ciencia avance, y nos indigna que un virus de mierda como el H1N1 nos haga lavar las manos con alcohol cada cinco minutos y nos haga temblar cada vez que un ser querido levanta unas líneas de fiebre. Hoy, nuestros deseos más íntimos están centrados en que la ciencia descubra la fórmula para acabar de una vez por todas con las enfermedades y el envejecimiento, y si es posible, alcanzar la vida eterna o al menos una clonación que nos permita mantener la conciencia en algún cuerpo parecido al nuestro; en mi caso, tal vez con un par de centímetros más y un poco más de pelo.
ue los humanos del siglo XXI (por nombrarnos de alguna forma), nos sentimos lejos de aquellos primeros congéneres que vivían en cavernas y pintaban figuras de animales en las paredes (además de hacerse la paja). El hambre, el frío, y las enfermedades son calamidades del pasado que tarde o temprano venceremos a medida que la ciencia avance, y nos indigna que un virus de mierda como el H1N1 nos haga lavar las manos con alcohol cada cinco minutos y nos haga temblar cada vez que un ser querido levanta unas líneas de fiebre. Hoy, nuestros deseos más íntimos están centrados en que la ciencia descubra la fórmula para acabar de una vez por todas con las enfermedades y el envejecimiento, y si es posible, alcanzar la vida eterna o al menos una clonación que nos permita mantener la conciencia en algún cuerpo parecido al nuestro; en mi caso, tal vez con un par de centímetros más y un poco más de pelo.Sin embargo, toda esta soberbia tecnológica que nos ha auto-erigido en los reyes del planeta, viene acompañada de un sentimiento apocalíptico. Un malestar que nos jode mientras nos dice en voz bajita que nuestro tibio hogar pende de un hilo. Por un lado, somos conscientes de que la suerte del planeta depende de nuestras decisiones, y por el otro, tenemos claro que ese traje nos queda grande. Debajo de toda nuestra cultura y ropita flúo, sigue habiendo un animalito que tiene hambre y ganas de dominar otros seres para hacer realidad sus deseos, por más crueles y repugnantes que sean (y no lo digo solamente por los curas). Amparados en nuestra impunidad de especie triunfante, depredamos la naturaleza y nos matamos unos a otros para alimentarnos y mantener nuestra economía, basada en el despilfarro de energía, y seguiremos así porque ya no tenemos forma de parar, sin pagar un alto costo en lo que consideramos “nuestra calidad de vida”.
Fiel reflejo de esto son las declaraciones de Stephen Hawking, quien no hace más que proyectar en sus temidos aliens la particular forma que tenemos los humanos para conectarnos con el universo:
"Sólo tenemos que mirarnos a nosotros mismos para ver cómo la vida inteligente puede evolucionar a algo que no nos gustaría conocer. Imagino que podrían existir naves masivas, que han utilizado todos los recursos de su planeta nativo. Aliens tan avanzados quizás se convertirían en nómades, buscando conquistar y colonizar cualquier planeta que alcancen".
Como opción alternativa, dijo Hawking, puede ser que quizás a los aliens simplemente les gustaría tener otro planeta más porque sí. El simple hecho de que puedan llegar hasta aquí a través de un viaje interestelar sugiere que tendrían la capacidad de vencer a la humanidad (contrario a lo que nos dicen las películas de Hollywood) y convertirnos en esclavos, o a vivir en reservas como se hizo con los indígenas en la colonia.”
Después de esto no hay mucho que agregar. Está claro que los aliens, como dios, Maradona o cualquier otra de las representaciones humanas están hechos (o imaginados) a nuestra imagen y semejanza, porque no hay manera de que sea distinto, dada nuestra limitada capacidad de comprensión. Si una de las mentes más admiradas de nuestro tiempo transmite esta triste imagen del ser humano, parece haber poco espacio para el surgimiento espontáneo de una nueva humanidad en la Era de Acuario por más incienso y pachuli que le pongan.
Tal vez en el fondo estamos buscando el Apocalipsis, un diluvio o una gran explosión que sacuda la modorra y termine con todo para permitirle a los sobrevivientes sentir un poco de hambre y de frío para empezar de nuevo; esta vez, algo más humildes y siendo conscientes de que somos una más de las tantas formas en las que se manifiesta la energía en el universo, y que nuestra angustia existencial no se calmará con una nueva pastilla o haciéndonos la paja con una nueva consola de juegos 3D (¿¿cuándo sale??!!!). Ya lo dijo una visionaria del chaco argentino, la próxima guerra será por el agua.
Sección:
In-Clasificados
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comments:
Encuentro muy esclarecido su post, Sigmund. Y realmente no puedo reprocharle su obsesion masturbatoria dado que lleva el nombre del genial psicologo, sospechado adicto a las drogas y a cargar carne cruda en el baul "solo para ver que es lo que tanto les gusta a esos maracas que llenan mi consultorio". Por lo demas me gusto el pensamiento out of the box, las declaraciones de Hawking me parecieron copadas en su momento pero ahora las veo mas desde su optica, gracias por quitarme a mi ultimo referente en este mundo. Lo odio, doctor. No, no lo odio, lo amo. Cuando es la proxima cita ? No vengo mas. Bueno, veo.
Me llama la atencion las tres menciones a la masturbacion en el mismo articulo. Y como no va a ser pesimista o depresivo Stephen si esta postrado en una silla... y no puede hacerse la p... !!
Fuera de joda, el problema de la humanidad es la superpoblacion. Seguimos creciendo y creciendo en numero y eso nos hace consumir mas y mas energia y destruir el planeta. Cuanto hace que no escuchamos a ningun lider hablar de este problema ? Solo de ecologia pero no nos damos cuenta de la causa ultima. Acaso si fueramos 10% de lo que somos habria realmente catastrofe ecologica, hambre, guerra, etc ? Al ignorar el crecimiento desmedido, al necesitar de mas nacimientos para mantener la clase pasiva, etc, estamos en una espiral ascendente que nos lleva a la destruccion en varias generaciones (deberia poder calcularse), sobre todo teniendo en cuenta que el viaje interplanetario is not gonna happen. De hecho tendremos suerte si en unos anios no se abandona totalmente el gasto en ir al espacio por su alto costo.
Minotaure: que el ser humano está destruyendo la tierra es sólo un mito que demuestra nuestra soberbia y egocentrismo. El calentamiento global es un fenómeno cíclico insignificante en la magnitud del universo y el cataclismo vendrá de todas maneras. Está calculado, sí, el petróleo y el agua se acabarán alrededor de 2050, pero para qué preocuparese... si en 2012 se acaba el mundo.
mató la foto de lilita!
Publicar un comentario