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lunes, 26 de julio de 2010
Todos los gobiernos argentinos, (pseudo-democráticos, populistas, dictaduras) tienen un elemento en común: reavivar glorias pasadas y aumentarlas para compensar un indudable sentido de inferioridad que seguramente comparten con el inconsciente colectivo nacional, además de aprovecharlas como deflectoras de la triste realidad. Cuando el buceo en la historia no es suficiente, recurren a elementos banales tipo Guinness Records o futuros eventos deportivos, práctica altamente riesgosa, como vimos hace poco.
Nunca me gustó la historia, así que este post puede pecar de ignorancia y desinformación, pero considerando las pavadas que nos hicieron creer en la escuela primaria, creo que estamos excusados si mandamos fruta de vez en cuando.
Todavía recuerdo la conversación (imagino que una de las tantas) que mantuve con mi papá al volver del cole, con la ilusión de compartir lo que apenas había aprendido: la batalla de San Lorenzo. Seguramente interrumpió mi emocionado relato de la valentía del General San Martín y sus hombres, en especial la de Cabral y Baigorria, que salvan a San Martín de una muerte segura. Según mi papá, la de San Lorenzo fue una escaramuza que no llegaba a batalla, eran cuatro gatos (granaderos) escondidos en un convento que espantaron a cuatro ratones (realistas) que trataban de robar gallinas. Y además, San Martín era un traidor a la corona española, y encima masón trabajando para los ingleses. A este punto, mi mamá intervenía tratando de evitar que toda esa información generara confusión en mi cabeza (y esperando ahorrarse una reunión aclaratoria con la maestra).
No creo haber metido la pata en la escuela cuestionando la historia oficial, pero después de ese evento, mi admiración por los próceres se trasladó de San Martín hacia Belgrano. El romanticismo del creador de la bandera, inspirado en los colores del cielo, podía inflamar el tierno corazón de una niña de 8 años. Cuando supe que en realidad el celeste y blanco de la enseña patria se debían a los colores que identifican a la dinastía de los Borbones, el desencanto por tantas desilusiones sumadas era ya tal, que no consiguió disminuir aún más mi patriotismo tendiente a cero.
Siempre dudé del componente heroico del éxodo jujeño, al fin y al cabo no era sino una huída. Me pregunto si estratégicamente, la retirada de de los 1000 soldados del ejército más los 2000 habitantes de la ciudad fue tan significativa como para merecer marcha y todo. Lo que nos lleva a la gesta patria por excelencia: el cruce de los Andes realizado por San Martín al frente de los 5400 granaderos. (No confundir con el cruce de los Pirineos y los Alpes, realizado por Aníbal 2000 años antes, con 40000 infantes, 12000 caballeros y 37 elefantes).
No tiene sentido entrar en los detalles de otros mitos vernáculos como la invención de la birome (los hermanos Biro eran inmigrantes húngaros), del primer colectivo(en Alemania), del país con todos los climas (so what?), de la avenida más larga del mundo (Canada), del río más ancho (es un estuario)… La suma de los programas (des)educativos del (des)gobierno de turno, la propaganda al borde del lavado cerebral, la tele y otros medios de (des)información, la revista Billiken, la increíble cantidad de marchitas y cantos patrios para evocar cada ocasión, dan para una película de teorías conspiratorias digna de Oliver Stone.
Lo extraño es que a pesar de semejante esfuerzo transgeneracional y políticamente transversal del Ministerio de la Verdad, existan tantos argentinos inmunes al martilleo nacionalista. Por suerte, el universo orwelliano autóctono nunca se implementó con la eficiencia de 1984, por lo que la resistencia local puede disfrutar de un frappucino en un Starbucks cualquiera de Buenos Aires o Londres, sin tener que preocuparse demasiado por la Thought Police.
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9 comments:
Todo eso es verdad, pero me pregunto como es en el resto de los paises. Debe ser igual, los yankis no lloran el 4 de julio ? Como se hace un sentimiento de pais sin estas estupideces y sobre todo teniendo en cuenta que te golean en el Mundial ? Siempre hay una historia para la gilada y despues estan los que se cuestionan. No podes pretender tener un IQ superior y al mismo tiempo que no haya millones de personas clavadas en 100 o menos...
"Somos la raza maestra" decia un Hitler morocho y bajito a una multitud alta y rubia y los pibes se recopaban. La gente es estupida y lo sera siempre.
"Al estado se le dice Patria cuando hay que matar". Adhiero a la frase. Se le puede explicar a la gente por qué hay que pagar los impuestos o enrolarse en el ejército sin tanta bobería de patriotismo. Es en los lugares más pobres (latinoamérica, asia, áfrica) en los que te das cuenta que somos todos iguales más allá de la "Patria". Como si uno parando un argentino, un uruguayo, un paraguayo y un chileno pudiera distinguir uno de otro.
a mi no me podes hacer aceptar pagar impuestos (o tantos) de ninguna manera que no sea mencionando la palabra juicio o carcel. en cuanto ir a la guerra, te diria que no existe tampoco justificacion que me haga ir salvo que sea real la amenaza sobre mi casa, familia o ciudad. para conseguir gente para chupar frio al sur por un par de rocas hace falta la programacion y lavado de cerebro temprano, mas por supuesto la amenaza de ser declarado desertor... (recuerdo mi primer post sobre las Malvinas tambien en la tonica del re-revisionismo historico argento... podriamos buscar una mejor denominacion como perspectivismo, elreyestadesnudismo, despertateismo, callateyseguichupandismo... ?).
A mi tampoco nunca me gusto Billiken.
Sin ánimo de ofender, me parece que es un poco arrogante postular que falencias típicas del ser humano, probadas acabadamente a lo largo de la historia en casi todas las latitudes, sean características distintivas de la sociedad argentina. Ejemplos de manipulaciones "patrióticas" de la realidad sobran a lo largo y a lo ancho del mundo, por lo que el argumento del "indudable sentido de inferioridad que seguramente comparten con el inconsciente colectivo nacional" está lejos de haber sido mínimamente probado en el post.
Toda nación tiene mitos fundantes y algunos de los nuestros son los héroes impolutos creados por Mitre. Igualmente, a mi entender, la Argentina como proyecto de país todavía no está completo, ya que nunca hemos encontrado nuestro lugar en el mundo, ni un modelo de desarrollo que incluya a todos los habitantes.
Gracias por sus comentarios, que ninguno ofende. Este tema generó debate que es lo importante.
Cuando el río suena, agua lleva
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