Fotosíntesis
La tenemos adentro... pero al menos ahora parece que con preservativo...
(V)isitantes hoy y en total. Vienen en paz?
viernes, 16 de julio de 2010
18:10 | Autor:
HawkEye |
Hace un par de días el parlamento argentino aprobó una ley que permite contraer matrimonio a personas del mismo sexo, redondeando un infrecuente combo de senadores trabajando (discutieron hasta las 4 de la mañana y sólo había 3 ausentes), civilidad (los manifestantes a favor y en contra se agarraron poco a piñas, no hubo ni siquiera hospitalizados) y educado debate (apenas salpimentado con discursos poco felices de algunos senadores como el de los pinguinos gay que empollan piedras) muy raramente visto en el país.
Las semanas previas de discusiones se gastaron en temas tangenciales como si Dios quiere o no que los gays adopten, etc. (lo que saqué en limpio de este punto en particular es que quizás Dios prefiere que un pibito se cague de hambre y no vaya a la escuela antes que tenga la desgracia de crecer en un hogar donde se practique la sodomía) pero más que nada lo que se discutía era de quién era el copyright de la palabra “matrimonio”. Los sectores conservadores no querían que una institución que ellos habían adoptado con un conjunto de reglas (básicamente “un nene y una nena por cama”) cambiara, mientras que los sectores de la comunidad homosexual no aceptaban que les dieran los mismos derechos pero con nombre distinto (“mismos derechos mismo nombre” decían algunas pancartas).
“What’s in a word?” le decía Romeo, caliente como bombilla de lata, a Julieta que lo miraba desde el balcón poco convencida de entregar su virtud a alguien de apellido Montesco. “Si una rosa no se llamara rosa olería distinto?” tiraba en un alarde de ingenio y sí, tenía un poco de razón. Los seres humanos somos de obsesionarnos con las palabras y olvidarnos para qué las queríamos. Queremos ser “gerentes” aunque no gerenciemos nada, queremos ser “novios” aunque queremos salir con varias, queremos ser “argentinos” aunque a la primera de cambio rajemos por Ezeiza. Del mismo modo ahora dos hombres podrán contraer “matrimonio” aunque esta palabra signifique (“matrem” = “madre”, “monium” = “condición o derecho de”, tiembla Mariano Grondona) algo así como “el derecho de ser madre”. Extraño en verdad. What’s in a word, después de todo?
Y que hay con ser iguales? Por qué tan obsesionados con eso? Yo no quiero ser igual a nadie, no quiero ser igual a ustedes (secretamente quiero ser mejor y tener cosas más lindas, no se lo cuenten a nadie). Queremos ser todos iguales? La palabra está largamente sobrevalorada desde la toma de la Bastilla en adelante. Quisiera una sociedad en la que no todos tengamos lo mismo ni seamos iguales, simplemente cada quien puede tener lo que le corresponde sin ser igual al de al lado. Quién quiere un montón de gente igual? La gente que quiere que hagamos todos lo mismo.
Dicho esto y por si no quedó claro (debería, tonto lector), estoy a favor del matrimonio de quien sea y sobre todo de la adopción, porque somos un país muy pobre con muchos chicos que no comen. Sólo me parece triste que el reclamo sea "quiero ser igual", debería ser "denme mis derechos, mother f*ckers" y punto.
Minorías del mundo, reclamen sus derechos sin pedir ser iguales a nadie. Así que nada de igualdad para mí. Libertad, seguro. Fraternidad ? Me da igual.
Sección:
La Noticia Rebelde
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6 comments:
Hawkeye es groso. Mariano Grondona. Shakespeare. Milton Friedman. Todo en un solo post. Muy groso.
Y el patrimonio, que seria ? El derecho a pagar Bienes Personales ?
Estoy de acuerdo, vamos a estar todos con uniforme cantando hey teachers leaves the kids alone...
Este va andar bien, el lesbianismo vende groso.
Igualdad de oportunidades! Para compensar la foto del post, un video de True Blood (spoiler alert) con Vampire Bill & Shifter Sam. http://www.youtube.com/watch?v=xqTqhet3ZuU
Vampiras lesbianas opinan que el sexo es mas satisfactorio durante la menstruacion.
Postear sobre vampirismo lesbico, uniendo asi los dos grandes temas que traen a la humanidad, me parece el ultimo recurso.
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